Su historia data con la llegada de los romanos a Galicia en el siglo II a. C. movidos sobre todo por intereses económicos, dadas las riquezas minerales de la zona, y por intereses militares de colonización y reclutamiento de soldados. E
En el año 62 a. C. el propio Julio César llega a Brigantium (A Coruña actual), buscando la ruta de los metales, por medio de la cual se establece el comercio con Francia, Inglaterra, Portugal, etc. Las ventajas de su situación serán aprovechadas por sus colonizadores, de modo que en poco tiempo llegará a ser una ciudad de cierta importancia en el comercio marítimo como lo demuestra la construcción del Faro, que tuvo lugar en el primer o segundo siglo de la era cristiana. La influencia de los romanos fue importante y afectó a la forma de vida de los habitantes del país: lengua, religión, cultura, etc., dada la larga duración del asentamiento.
La entrada de los árabes en el siglo VIII fue breve y pasajera debido a la resistencia del pueblo gallego. Cabe destacar el desembarco en el Faro Brigantium de los temidos Normandos en el siglo IX (año 846).
Alfonso IX decide trasladar la población que residía en el Burgo A Coruña, y otorga a los habitantes en 1188 el Fuero de Benavente, con lo cual se poblaron la mayor parte de los lugares de Galicia. Años más tarde, Alfonso X el Sabio concede a La Coruña el privilegio de ser puerto donde la sal pudiese ser libremente desembarcada y vendida sin pagar ningún impuesto.
El crecimiento de la ciudad en estos siglos viene dado por la expansión económica de base agrícola y sobre todo por la reactivación del comercio marítimo. De esta época son las agrupaciones gremiales formadas en las calles y que les dan nombre.
Reinando Juan II, la villa recibe el título de ciudad en 1446. Este monarca también autorizó el libre comercio entre Inglaterra y A Coruña. De este modo, la potencia comercial de A Coruña se vió fortalecida de forma importante.
Durante el reinado de los Reyes Católicos se eximió a los marineros y navegantes de pagar la llamada "quintalada", que consisitía en un cuarto de tonel de vino, un moio de sal, cinco millares de sardinas y un carro de madera. Carlos I otorgó dos privilegios importantes: permitirá la celebración de un mercado franco los sábados y se creará por mandato de la casa real la Casa de Contratación para la especiería.
No tardaría en llegar A Coruña la epidemia de peste que azotaba a toda Galicia.
La enemistad entre Felipe II y la reina Isabel de Inglaterra (debida a diferencias religiosas, recrudecida por el envío de la Armada Invencible, etc.), hizo que Isabel mandase distintas escuadras para luchar contra la monarquía española. Una de estas escuadaras fue la que estaba bajo el mando del Almirante Francis Drake en 1589. La escuadra inglesa se retiró el 19 de mayo después de quemar el monasterio de Santo Domingo, el barrio de la parroquia de Santo Tomás y el arrabal de la pescadería.
Será durante el reinado de este monarca cuando se produce el traslado de la Real Audiencia desde Santiago.
En noviembre de 1700 muere Carlos II sin sucesión, dejando la corona de España al duque de Anjou (Felipe V). Esta decisión choca con los intereses de Inglaterra, Holanda y Portugal, que pretendían la invalidación del testamento de Carlos II y defendían el derecho de la Casa de Austria al trono español.
Durante la Guerra de Sucesión, que durará 14 años, la ciudad de A Coruña no padeció ningún ataque, pero vio cómo los impuestos aumentaban, sufrió reclutamientos, gastos de fortificación.
La recuperación económica comienza en los años de mitad de la centuria, propiciada por las actividades productoras y exportadoras de los empresarios catalanes afincados en la ciudad, así como por las numerosas actividades fabriles.
Esta expansión viene dada por dos factores:
-Las líneas marítimas de las Indias (a la Habana, a Montevideo y Buenos Aires), con salida y retorno a La Coruña como único puerto de la península.
-Autorización a trece puertos, entre ellos el de A Coruña, para comerciar con América, otorgada por Carlos III en 1778.
De forma paralela a esta bonanza económica se produjo un importante aumento poblacional, alcanzándose la cifra de 10.000 habitantes. Desde mediados del siglo XVIII llegaron a la ciudad catalanes y vascos especializados en el gran comercio naval, en la industria y en el comercio.
Sin duda, en esta segunda mitad del siglo XVIII y el mismo XIX la actividad lucrativa fue el comercio marítimo.
A Coruña, vivirá largos avatares a lo largo de la historia, pasando por diversos estadios, su gran expansión demográfica se experimenta en la época del franquismo, instalandose en la ciudad nuevas industrias. Destaca la expansión urbanística , surgiendo los barrios de los Mallos, de Agra do Orzán, de Labañou, el Barrio de las Flores, etc.
Pero la ciudad vanguardista que hoy podemos disfrutar, no despuntará hasta principios de los años sesenta.
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