En su cronica de lo que considera las mejores novelas del siglo XX, el reciente premio Nobel Mario Vargas Llosa habla de un clasico de la literatura rusa diciendo que es una buena mala novela y al usar este termino esta rindiendo sus respeto al autor de la definicion: George Orwell.
Porque en uno de sus famosos ensayos -todos completamente indispensables para quien quiera convertirse en un critico eficiente de libros e ideas ajenas-, Orwell habla de esos libros que, pese a estar mal escritos y peor construidos, con personajes de paja y tramas inverosimiles, logran transmitir a grandes masas de publico un sentimiento que libros mejores no pueden.
El libro al que se referia Vargas Llosa en su critica es "Doctor Zhivago" pero lo cierto es que existen multiples ejemplos de esa clase de libros cuyos nombres y protagonistas se vuelven emblemas de algo que supera la mala construccion del libro. Otro de los titulos de esa categoria es, sin duda, El fantasma de la opera.
Lo que los sociologos que han estudiado el tema dicen es que, mas alla de la trama inverosimil del libro, hoy esa clase de historia no tendria tanto impacto porque las modernas tecnicas de cirugia han logrado solucionar toda clase de problemas faciales, incluyendo el que, segun su autor, acosa al Fantasma...
De hecho, si ese "fantasma" quisiera verse completamente bien y sano, lo suficiente para declararle su amor a su amada imposible lo primero que deberia hacer seria dejar su mascara y sus malvados planos y visitar a un cirujano plástico.
Como el principal laboratorio de anaplastologia de España, se encarga de realizar la reconstruccion con protesis esteticas de silicona de pacientes que tengan ausencias ocasionadas por traumatismos, agenesias congenitas o tratamientos oncologicos.
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