Uno de los relatos mas maravillosos que alguna vez se ha escrito por y para niños por una adulto es, sin dudas, el tan britanico como encantador El viento en los sauces, donde se relatan las historias de tres amigos y las aventuras que viven al final de cada dia.
Aunque ya han pasado casi cien años desde que el autor del libro acosto a su hijo y comenzo a narrarle la historia esta no ha perdido su encanto, en parte porque registra, como nadie, todo lo que tiene que ver con la nostalgia por un tiempo tan maravilloso como pasado.
Un tiempo en el cual los pequeños terminaban sus tardes bajo un gran arbol de naranjas, doradas y maravillosas naranjas que se comian como si fuera el dulce mas rico del mundo. Lamentablemente los niños actuales no saben lo que es un el sabor de una verdadera naranja porque no las han probado. Por supuesto, existen mercados, mercados que tienen naranjas, naranjas que parecen brillantes y ricas pero, al probarlas, lo que descubre el consumidor es que saben... a nada.
La razon esta en la gran cantidad de productos quimicos que le ponen las empresas para hacerlas mas vistosas pero no mejores.
Por esa razon, los jovenes agricultores de naranjas de Valencia decidieron comercializar sus propios productos naranjas tan grandes y dulces que son el sueño prohibido de todo niño; naranjas de Valencia similares a las narradas por Bradbury solo que aquellas existian en el papel y estas en la realidad, disfrutable y mordible realidad.
Si quiere saber más al respecto solo ingrese al sitio web de estos jovenes agricultores: www.naranjasdelmijares.com/
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